Acerca de este lugar

La Estación Ferroviaria de Mollendo, está emplazada a orillas del mar a 3.5 msnm en la parte baja de la ciudad, frente a la primera playa. Esta antigua estación se inaugura el 6 de enero de 1870, gozó de una popularidad única por ser la puerta de entrada y salidas de viajeros nacionales y extranjeros. Tomaron parte dignatarios y principales autoridades peruanas, Mollendo se convirtió en el puerto inicial del llamado “Ferrocarril de Arequipa”, fueron el presidente José Balta y el ministro Nicolás de Piérola quienes declararon a Mollendo como “Término provisional del Ferrocarril de Arequipa a la costa” en un reconocimiento oficial del 6 de enero de 1871 impartido en Arequipa. Esta edificación de influencia inglesa fue totalmente destruida (saqueo e incendio), en marzo de 1880 durante la guerra del guano y del salitre. Transcurridos 19 años de esta tragedia, la Peruvian Corporation Limited construye una nueva edificación en marzo de 1899 por concesión (actual estación ferroviaria). Esta nueva estación, es de arquitectura inglesa, su edificación pertenece a la época republicana, tan antigua como Mollendo. Los ambientes de la estación están compuestos por dos pisos, en el primero observamos la sala de espera, y a sus costados dos ambientes para almacenes; al ingreso se encuentra la caseta de venta de tickets; en el segundo piso se encuentra el salón principal y el más amplio donde está el counter, despachos, y telégrafos, una oficina de la superintendencia, una oficina de contaduría, otra de servicios auxiliares y una de tesorería. Actualmente la antigua estación del ferrocarril luego de 48 años de abandono ha sido destinada como estación cultural de Mollendo en cuyos ambientes se encuentra salas de exposiciones para eventos culturales como ruedas de prensa, conciertos, antologías, exposiciones artísticas, fotográficas y el museo de la cultura Chiribaya. Toda la historia de la antigua y la actual estación ferroviaria nos da una concesión a la nostalgia, de aquella lejana locomotora, del movimiento de trenes, de la convivencia de pasajeros, mercaderías, motorman, inspectores, postren, hoteleros al acecho, acomedidos fleteros y ocasionales fonderos que merodeaban sus instalaciones. Nos recuerda las esporádicas visitas de personalidades políticas sobre todo en épocas electoreras, de personajes del mundo empresarial y obstinados viajeros, constituían un acontecimiento social y el consiguiente revuelo popular, hombres barbicanos de rostros acartonados, de bowlerhat, jacket y plastrón, bellas damas de blondas vestimentas, quitasol y otras modas por entonces en boga. Recordemos que el ferrocarril fue la columna vertebral del comercio de la costa con Arequipa y toda la región sur del país y Bolivia, desde su puesta en funcionamiento, nadie imaginó que años después este medio de comunicación y sus caminos de hierro serviría para el traslado de nutridos contingentes de turistas en pos de buscar la recreación y los refrescantes baños de mar con una eventual comida playera, tertulias, vida social con fandangos, valses y mazurcas en noches de cotillón. The Peruvian Corporation Limited, entidad que por espacio de 66 años pasó a ser propietaria de todos los ferrocarriles del Perú. La fábrica de esta obra está basada en cimentación de piedra, concreto, así como el empleo de rieles cuádruples remachado a manera de columnas, pisos de madera machimbrada y cemento Portland inglés. En la década de los cincuenta la empresa tomó el nombre del Ferrocarril del Sur, posteriormente es estatizada con el nombre de Enafer Perú, hoy el ferrocarril está a cargo de Perú Rail.