Acerca de este lugar

Celebrada en honor al nacimiento del Niño Jesús, es una manifestación tradicional de música y danza arraigada en la segunda mitad de diciembre. Aunque su práctica se lleva a cabo en otras fechas y contextos festivos a lo largo del año, adquiere especial relevancia durante las festividades navideñas, razón por la cual se le conoce como Atipanakuy Navideño. En el distrito de Santiago de Lucanamarca, esta celebración tiene lugar durante la Navidad en diciembre y la Bajada de Reyes en enero. El término "atipanakuy" proviene del quechua y hace referencia al enfrentamiento amistoso entre dos o más bailarines, donde el enfoque está en la competencia y no en la victoria. El Atipanakuy es resultado de un extenso proceso de intercambio en el marco de contextos históricos de resistencia cultural, siendo actualmente símbolo de la identidad cultural de la provincia ayacuchana. En este evento, se destacan las comparsas mixtas conformadas por danzantes masculinos conocidos como pastores. La práctica de la waylia de Navidad también se lleva a cabo en otras regiones del área cultural chanka. En Santiago de Lucanamarca, dos cargontes son obligatorios, aunque cada año se suman más participantes. Todos los comuneros participan de manera obligatoria, un año antes se eligen a los cargontes para que puedan prepararse adecuadamente. Se contratan músicos de arpa y violín, y los bailarines incluyen señoritas, jóvenes pastores, wamangos, awichakuna y willkas. El atipanakuy exhibe características únicas en cuanto a vestuario, pasos de baile y música. Por ejemplo, el zapateo en la capital de Huanca Sancos incluye giros de 360 grados, mientras que en Santiago de Lucanamarca se enfatiza el uso intercalado de ambos pies. Días antes de la Navidad, se lleva a cabo el visitanakuy, durante el cual las comparsas visitan a las autoridades y vecinos del pueblo para adorar a la imagen del Niño Jesús. Cada comparsa realiza el tusuchiy, un momento donde todos bailan y se seleccionan a los más habilidosos para el día central de la festividad. La noche del 24 de diciembre se realiza el "Cascorral" o Nochebuena, donde se representa el atipanakuy frente a la iglesia. En esta ocasión, todos los miembros de la comparsa pueden participar, demostrando sus habilidades como adoradores del Niño Jesús a través de la danza. El 25 de diciembre, en la mañana, se celebra el Gran Atipanakuy, el día más esperado. Las comparsas se colocan en lados opuestos de la plaza del pueblo y ejecutan sus danzas al compás de la música. Los danzantes se presentan en un orden específico, comenzando por los wamangos, seguidos por los pastores y guiadoras. Los wamangos, que encabezan la comparsa, representan a los comerciantes de Huamanga y asumen un rol satírico. Los awichakuna, por otro lado, son personajes jorobados que representan a los ancianos, y los willkas son interpretados por niños y niñas. Durante estas celebraciones, las comparsas recorren las calles del pueblo acompañadas de música de arpa y violín. La festividad concluye con la despedida, conocida como "Once", donde se agradece a los acompañantes con un brindis, para luego reencontrarse en la Bajada de Reyes el 6 de enero. Sobre el origen del Atipanakuy, existen dos relatos. Por un lado, la festividad incaica del Qhapaq Raymi, descrita por cronistas como Guamán Poma de Ayala y Cristóbal de Molina, consistente en un ritual de pasaje para jóvenes que involucraba pruebas de destreza y que tenía lugar en el solsticio de verano en diciembre. Y, por otro lado, el Taki onqoy, movimiento social y religioso que se extendió entre las actuales provincias del sur ayacuchano en la segunda mitad del siglo XVI, promoviendo el retorno de la adoración a las huacas que había sido prohibido por los españoles.