Danza Del Auquish Capitán De Huaripampa
Lugar en Huaripampa, Junín
3358 m.s.n.m.
Acerca de este lugar
Esta danza se baila en honor a la festividad de San Sebastián, que se lleva a cabo entre el 20 y 24 de enero de cada año, también es representado el 29 y 30 de setiembre en honor a la fiesta del patrón San Miguel Arcángel de Huaripampa. El origen de esta danza se relaciona directamente con el personaje del capitán, que es un claro homenaje al gran Mariscal Andrés Avelino Cáceres o “Tayta Cáceres” como lo llaman en la zona central del Perú, quién representa uno de los personajes más ilustres en la defensa de los pueblos del valle del Mantaro durante la invasión chilena en la guerra con Chile. El poblador huaripampino se siente muy identificado con las gestas heroicas de la Campaña de la Breña, incluso desde antes de que Cáceres llegue al valle, ya que el 22 de abril de 1882 cientos de huaripampinos, encabezado por el padre Buenaventura Mendoza, se inmolaron para defender su tierra de las huestes chilenas en la histórica batalla de Huaripampa, convirtiéndose en uno de los escenarios más destacados de la resistencia patriota durante la guerra del Pacífico. La danza del Auquish Capitán tiene como personaje central a un anciano militar que vuelve a su lugar de nacimiento en los últimos días de vida, acompañado de los negros o vasallos quienes también son llamados “pichapas” que hacen ademan de limpiar el camino por donde pasa el capitán a paso lento y extenuado. En ese trajín lo escoltan un grupo de mujeres, quienes representan a las “rabonas”, mujeres luchadoras que acompañaban a los soldados cocinando sus alimentos o atendiendo a los soldados heridos. El capitán viste ropa militar de alto rango a la usanza del siglo XIX, por ello usa un saco militar con charreteras doradas, sombrero tricornio, camisa y pantalón blanco, botas o borcegos militares de color negro y una espada en mano con la que el personaje se sostiene mientras ejecuta su baile con actitud jocosa. Los negros vasallos o “pichapas” usan kepí militar, máscara negra con barba, saco azul con botones militares, pañuelo rojo en el cuello, pantalón blanco y zapatos negros. Las rabonas visten pollera de bayeta tradicional, manta o pullucata con sombrero “lapichuku” de lana, quienes sostienen al capitán demacrado, dándole aire y haciéndole bailar al ritmo de la banda de músicos. Los varones visten ponchos de lana de oveja y sombrero “lapichuku”, estos últimos a diferencia de los “pichapas”, al parecer representan a los soldados montoneros que luchaban en inferioridad de armamento, quienes acompañaron a Cáceres con palos, picas y hondas como armas de guerra. En la danza, el capitán es sostenido por sus “pichapas” y rabonas para realizar su ingreso triunfal a la plaza de la hermosa Villa de Huaripampa, acompañado de una banda de músicos que tocan tonadas de “pasacalle o torocoshmaro”; “marcha fúnebre” que suena cuando muere el capitán; “corcovado o resurrección” que se escucha cuando se levanta el “awquish” después de perecer, otras tonadas que toca la banda son el avelino y toril. También se escenifica, de manera picaresca, la lectura del testamento del capitán a través de la cual deja sus bienes más preciados a sus hijos, esposa y vasallos frente al público en general que rompen en carcajadas con cada ocurrencia del anciano capitán. Por sus características propias, su origen histórico y vigencia actual, esta danza cuenta con un alto valor cultural y potencial de atracción para los visitantes, ya que se lleva a cabo en fechas festivas con gran concurrencia de público en paralelo con la tunantada, corcovado y chacranegro de Huaripampa lo que realza las celebraciones festivas del distrito.
Junín, Jauja, Huaripampa
Categoría: folclore
Subcategoría: Música y Danzas
Tipo: Músicas y Danzas