Danza Los Halcones

#DatosAbiertosPerú

Lugar en Huamachuco, La Libertad

3169 m.s.n.m.

Acerca de este lugar

Los wamachukos se consideraban descendientes del halcón por tal motivo trataban de imitar a estos pequeños rapaces, corriendo en línea recta y en círculo, dando pequeños saltitos alzando y moviendo los brazos como queriendo volar para luego caer de “Cuclillas” (que era como ponerse de rodillas) haciendo reverencia al suelo como signo de adoración a la tierra de donde sacaban sus productos para satisfacer sus necesidades alimenticias. Así mismo representaban el desalojo, o muerte de los Wachemines en la defensa del territorio, al que consideraban como tierras sagradas de un pueblo descendientes de los Waman Churi (halcones varones), de igual manera escenificaban un ritual amoroso de una pareja de halcones y la intromisión de un tercero pretendiendo interponerse entre los dos y llevarse a la hembra, lo que trajo como consecuencia, una pelea finalizando con la muerte al intruso eligiéndose como líder de los halcones el ganador de la pelea. Estos danzarines llevan su habitual “kushma”, que son una especie de camisa confeccionada con hilo de llama de lana que abarca desde el cuello hasta las rodillas, cocida a los costados, con aberturas a la altura de los hombros para sacar los brazos y en la parte superior otra abertura para sacar la cabeza. Usan las plumas de los halcones cosiéndolas en cintas y fajas de color rojo confeccionadas de hilo de lana de llama, pero más fino. Las cintas con plumas las ataban en la cabeza como gorro (chuko), en el cuello como collar, al pie de las rodillas y en los tobillos. Las plumas cocidas en las fajas las amarran en la cintura y en los brazos como alas. En los pies llevan ojotas confeccionadas de cabuya trenzada o del pellejo de las llamas. Estos danzarines pintan su nariz con zancu amarillo como cera tratando de tomar el parecido al pico del halcón y la cara con algunas rayas de pigmento colorado. El baile se realiza bajo los acordes de uno o más flautistas que entonan una dulce melodía pentafónica, un tanto ceremonial y un tanto guerrera, al compás de retumbar de tambores que empiezan suavemente para ir acelerando hasta llegar a un ritmo casi frenético para luego decaer y así empezar nuevamente. La participación era de hombres y mujeres, ellas casi siempre se limitan a entonar canticos a sus dioses Atagujo y Katekil.

La Libertad, Sanchez Carrion, Huamachuco

Categoría: folclore

Subcategoría: Música y Danzas

Tipo: Músicas y Danzas

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